El día 28 de febrero, el Ministerio de Hacienda abrió una consulta pública previa sobre “la implantación de un impuesto que grave los artículos de plástico de un solo uso destinados a contener o proteger bienes o productos alimenticios”, ante el cual NOVAPET, como empresa líder en la fabricación de granza y envases de PET, quiere mostrar su completo rechazo y proponer alternativas que beneficien realmente al medioambiente y a la sociedad en su conjunto.
El sector del plástico lleva años trabajando para mejorar la calidad de vida de la sociedad, pero también está concienciado con el entorno para minimizar la huella de carbono de los productos contenidos y los residuos generados. En el propio documento de la dirección general de tributos, se afirma que “el plástico es un importante material […] que cumple funciones múltiples que ayudan a resolver diversos problemas a los que se enfrenta nuestra sociedad”.
En NOVAPET la economía circular forma parte de nuestra esencia, nuestros productos son 100% reciclables y se reciclan en la práctica, por lo que no entendemos que, con el objetivo de prevenir los residuos, se proponga un impuesto exclusivamente al plástico, lo que irremediablemente provocará un aumento de los residuos de otros materiales, más complejos de reciclar para unas peores características, con mayores emisiones de CO2 en su producción y transporte, y también menos seguros en un momento de emergencia sanitaria.
Tal y como está planteado, este impuesto no logra sus objetivos y es incluso perjudicial para el ambiente.
Para conseguir un verdadero beneficio en la sociedad, de acuerdo con la Estrategia de Economía Circular de la Unión Europea, el objetivo ha de ser minimizar cualquier tipo de residuo, evitando que su valor se pierda en vertedero, para lo que habría que gravar este hecho.
Esta es una de las grandes asignaturas pendientes de España, puesto que, como se recoge en la revisión de la aplicación de la normativa medioambiental 2019, más de la mitad de los residuos siguen depositándose en vertederos (54%), lo que representa más del doble de la media de la UE (24%). Este es el verdadero problema sobre el que hay que actuar, para cumplir además con las directivas europeas a este respecto.
Al mismo tiempo, tal y como indica la Directiva Europea de plásticos monouso, dentro de nuestro sector trabajamos para evitar que un solo envase de PET se convierta en un residuo, puesto que tiene infinitas vidas y un gran valor, por lo que estamos a favor de los sistemas de depósito, devolución y retorno (SDDR) como forma de gestión de los envases usados, ya que, además de lograr unas tasas de recuperación superiores al 90% en los países donde está implantado, genera un producto de mayor calidad para su posterior reutilización en nuevos envases, e incentiva e involucra al usuario final, extendiendo el principio de “quien contamina paga” a todos los actores de la cadena.
Desde los estamentos públicos ya es hora de ser responsable: basta de criminalizar y usar los plásticos para vender a la ciudadanía impuestos y medidas “salvadoras”, sin ningún estudio ni realidad detrás y sin analizar las negativas consecuencias que esto puede traer, simplemente porque hoy es el camino fácil.
Los problemas complejos, como son los ambientales, no tienen soluciones sencillas, y el PET, correctamente tratado, no es el problema sino parte de la solución.