La semana pasada a raíz de la tercera entrevista del proyecto Meet the Expert, en la cual Ricardo Monfil nos contaba dos de las numerosas aplicaciones de una de nuestras resinas de PET especiales de la familia SPRIT, os formulamos la cuestión de qué otros productos o aplicaciones conocíais o habíais descubierto recientemente que estuvieran hechas con PET.
La realidad es que estamos rodeados de PET y casi no nos damos cuenta, en algunos casos, para uso personal, y para otros muchos están presentes como uso profesional y colectivo.
El caso que os traemos hoy es un claro ejemplo de todas las ventajas que nos ofrece el PET, y a través de las cuales hoy vamos adentrarnos un poco más, descubriendo todas las bondades que puede ofrecer a un sector tan importante como es el sector sanitario.
Los tubos de extracción.
Todos sabemos que las pruebas de laboratorio se utilizan para analizar la sangre, la orina y otros tejidos y sustancias en el cuerpo para controlar las condiciones de salud y enfermedades.
Los tubos de plástico se fabrican mediante moldeo por inyección, utilizando poliésteres (por ejemplo, tereftalato de polietileno (PET)), poliolefinas (por ejemplo, polietileno y polipropileno (PP)) y otros más. El PET, un plástico de uso común en la fabricación de tubos de extracción de sangre, es irrompible y mantiene el vacío durante un tiempo prolongado.
En comparación con el vidrio, el plástico minimiza la exposición al material biopeligroso después de la rotura, tiene una mayor resistencia a los golpes, tolera velocidades de centrifugación más altas, pesa menos, tiene una precisión dimensional excelente y se elimina más fácilmente por incineración a un costo menor.
Podríamos extendernos en cualidades mucho más específicas de esta aplicación hecha con PET tan cotidiana, (para ello, podéis consutar el informe: Interferences from blood collection tube components on clinical chemistry assays), ya que cada día, se usan y desechan, siempre adecuadamente, miles y miles de tubos de extracción de sangre en todo el mundo.
Este, es otro punto interesante a destacar de la gestión de los residuos médico-hospitalarios, pero que, nos llevaría otro extenso artículo sobre el que debatir, explicar y analizar su funcionamiento. Pero aprovechamos para plantearos esta cuestión, ¿os habéis parado a pensar que el sector sanitario gestiona los residuos, que son muchísimos al día, de un modo ejemplar?
Sus productos, son sin duda la mayoría, aplicaciones mono-uso que no encontramos mal gestionadas tras su utilización, obviamente ni en la naturaleza, ni en otros lugares. Nos queda con esto pensar sobre nuestro papel en nuestro entorno y de un modo global, en nuestro planeta.
¿Quién puede llegar a ser responsable de los plásticos mal gestionados que encontramos por ahí? En buena parte, somos nosotros mismos, como consumidores.
Tomemos conciencia de todo lo que los agentes del mercado podemos hacer para mejorar esta situación. No carguemos solamente con la culpa de los residuos mal gestionados a los productores de plástico, cuando muchas de las cosas que están por hacer, están en manos de todos.