La necesidad de comprimir al máximo un envase usado, para reducir su volumen y evitar así su acumulación masiva o muy voluminosa en el hogar para para el reciclado, es mayor que nunca estos días. Seguro que, al tratar de hacer menos viajes al exterior, vuestras salidas a los diferentes contenedores, además de espaciarse en el tiempo, también habrán sido mejor aprovechadas.
El claro ejemplo lo tenemos en las botellas de PET. Probablemente todos vosotros lo hacéis así ya, pero no está de más el recordarlo. Os dejamos un pequeño vídeo casero de cómo un pequeño esfuerzo por nuestra parte para comprimir una botella va a contribuir a reducir el trabajo de muchas personas. Pensad que comprimir las botellas no sólo reduce el espacio que ocupan en vuestra casa, sino que también lo hacen dentro del contenedor, incrementando el peso de cada uno de los que se retiran llenos. De esta forma, entre todos mejoramos el coste del reciclado.
En el vídeo podéis ver el papel que juegan los tapones en esa compresión. No tenemos que preocuparnos por el hecho de que el tapón sea de un material distinto del PET. Por tres razones:
1. En primer lugar, porque cerrando la botella comprimida garantizamos una especie de “vacío” que permite que el espacio que ocupa en nuestra bolsa de residuos plásticos sea mucho menor que si no la cerramos.
2. Al mismo tiempo, nos aseguramos de que tampoco ese plástico termine en la naturaleza. De hecho, la UE ha dispuesto que muy pronto los tapones no se puedan separar de la botella.
3. En tercer lugar, porque en las plantas de reciclado es sencillo separar completamente el tapón de las botellas, porque una vez troceado todo en pequeñas escamas, en el proceso de lavado, por densidad, el PET se va al fondo mientras que los trocitos de los tapones flotan. La separación de materiales plásticos en el proceso de reciclado es sencilla.
Otro ejemplo muy cotidiano, que también estamos utilizando con cierta frecuencia estas últimas semanas, son los productos cárnicos envasados en bandejas de PET, que ofrecen la ventaja de brindar un mayor tiempo de conservación en nuestras neveras del producto que contienen, también, aportan una óptima apilabilidad en la misma, y permiten una total protección cuando su destino es el propio congelador.
Tanto con botellas, como con bandejas de PET, debemos tener un especial cuidado en el modo en que las hayamos almacenado en nuestros hogares, ya que muchos de estos envases pueden contener líquidos diversos que manchen mucho, además pueden producir olores, o atraer insectos, como las botellas de leche o de nata.
En el caso particular de las bandejas, de carne, por ejemplo, la forma correcta de proceder en nuestros hogares es, una vez retirada la tapa y el papel empapador que va dentro, hay que enjuagarlas con agua antes de ponerlas en el contenedor doméstico de reciclado, de manera que, aunque pasen unos cuantos días antes del llevarlas al contenedor amarillo de la calle, no tengamos olores desagradables en nuestros hogares.
Pequeños gestos que suman y que colaboran para facilitar el trabajo de los que no descansan ofreciendo servicios de primera necesidad, como todos aquellos que trabajan en la recogida de residuos.
Consumo responsable implica también, una adecuada gestión de nuestros residuos domésticos.